Vamos a ver porno mexicano
- Thelma Pérez Reyes
- 13 oct 2015
- 3 Min. de lectura

Crédito de Imagen: Facebook Fernando Deira
En el porno extranjero difícilmente encontramos nuestra realidad: mujeres con silicón en todo el cuerpo, rubias voluptuosas, hombres con penes inmensos, cuerpos perfectos y situaciones fuera de lo común. Si han entrado a ver videos hechos en E.U. no me dejarán mentir: su porno llega a ser una farsa, sin embargo es el más consumido. Por otro lado está el porno mexicano: no es conocido, no ha tenido un boom ni relevancia en la industria a nivel mundial, pero sí puede empezar a tenerla en nuestro país.
Por fortuna somos parte de una sociedad cuya mentalidad se ha abierto y comienza a buscar más del contenido, nuestra generación busca opciones que satisfagan sus deseos; existen más sitios para escoger, hay más herramientas a su alcance, no se conforma con mujeres de 30 años personificando a alumnas de secundaria, sino que buscan nuevas experiencias y eso es lo que pueden encontrar en los videos XXX mexicanos. Ya pasó de moda estar viendo chicas 'de fantasía' cuando puedes ver mujeres reales, alcanzables, que puedes encontrar en la calle cuando caminas al trabajo.
Hay actores en los que podemos reflejarnos y situaciones en las que podemos idenficarnos, es lo más cercano a nuestras expectativas sexuales y aún así preferimos ver porno hecho en otros países. ¿Por qué creemos que los videos hechos en México no valen la pena? La gente que los hace se ha preparado, tienen un equipo serio con el que trabajan cada capítulo, actores que ponen pasión a su profesión, grupos creativos que buscan darnos buenas historias, pero los mexicanos seguimos sin tener fe en su producto.
¿Es bueno o malo tener una industria pornográfica creciente en nuestro país? La respuesta es obvia: es excelente que gradualmente el porno esté creciendo; finalmente es una industria como cualquier otra que da empleos, brinda un servicio a la gente, busca mejorar para el cliente, necesita un esfuerzo arduo para funcionar, etc. El hecho de que se vincule directamente con el sexo no la hace más o menos que las demás, simplemente tiene una rama de consumidores y necesidades diferentes a lo que normalmente vemos en empresas mexicanas.
A pesar del desarrollo que ha tenido, no podemos ser ingenuos y pensar que lo producido aquí es lo mejor que hay en el mercado. Aún hay un camino inmenso que recorrer y áreas de oportunidad que deben ser aprovechadas por los productores nacionales, aunque para eso se necesita tener mayor alcance y mayores ganancias. Es importante generar más publicidad, más videos y sobre todo darle mayor calidad al contenido.
En la sociedad mexicana somos malinchistas, preferimos ver cosas hechas en otro país aunque sean meramente aspiracionales, no solo en el porno sino en el cine en general, elegimos consumir de empresas y productos extranjeros sobre los nacionales, es un problema serio para las industrias mexicanas. Hablamos de una conducta muy arraigada en la población y lograr cambiar, aunque sea un poco ese punto de vista, es complicado; el porno mexicano tiene una tarea dura si su objetivo es competir hombro a hombro con el internacional. Tal vez en 10 o 20 años podamos hablar de una evolución en la mentalidad del mexicano que permita a las empresas de nuestro país tener el boom esperado, pero debemos pensar aterrizadamente y percatarnos que ese momento es lejano, más no inalcanzable.
Vamos a ver porno mexicano, a darle la oportunidad, a conocerlo; no podemos decir que 'no nos gusta' si no hemos visto videos producidos por empresas 100% mexicanas como TuPornMex o LatPorn. Necesitamos desapegarnos de la dependecia que tenemos con los productos extranjeros y permitinos probar cosas nuevas, tener experiencias diferentes y apoyar al talento y el trabajo de los mexicanos en la industria XXX que están buscando complacer al público de nuestro país con videos novedosos, excitantes y de calidad.
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